Estación de Valencia de Alcántara, una conexión internacional en el Oeste de España.
Estación de Valencia de Alcántara, primitivo aspecto de la estación, anterior a 1948 |
Valencia de Alcántara es una de las localidades extremeña
con una clara vocación histórica por el ferrocarril. Desde finales de la década
de 1870, en su territorio, se van a comenzar a ver las infraestructuras
ferroviarias que darán como resultado la formalización de uno de las líneas
férreas de conexión internacional entre España y Portugal.
En todo el movimiento político-social que, a partir de
mediados del siglo XIX, en el que se intentaba definir el dibujo que debería
realizarse para construir la línea de ferrocarril entre las dos capitales
ibéricas, los territorios de Cáceres quedan postergados por la línea Ciudad
Real a Badajoz como primera conexión con Lisboa, a pesar de que no era
precisamente la conexión más directa para unir Madrid con Lisboa.
Tiempo después se formaliza un diseño de trazado, el que se conocerá como la vía rápida o el camino directo entre ambas capitales peninsulares. Trazado que seguiría el valle del río Tajo. El proyecto era conseguir una línea los mas directa posible, que se irá conformando a lo largo de un tiempo, en lo político muy convulso, como lo fue la década de 1870 en España. Para ello, y después de diversas vicisitudes, la Compañía del Tajo comienza las obras de esta línea, teniendo unas adjudicaciones que la van a llevar desde Madrid a Torrijos, Talavera de la Reina, Oropesa de Toledo, Navalmoral de la Mata, Casatejada, La Bazagona y Malpartida de Plasencia. Desde aquí la línea debería haber continuado hasta Plasencia, Coria y adentrarse en Portugal por Monfortiño hasta llegar a Castelo Branco.
Dibujo de Comba publicado en la Ilustración Española e Iberoamericana, Luis I de Portugal y Alfonso XII en la estación de Valencia de Alcántara el día de su inauguración |
Valencia de Alcántara, va a conformarse como un núcleo
ferroviario muy dinámico. En esta estación se ubicará la aduana entre ambas
naciones, por lo que a los propios servicios ferroviarios se le va a dotar de
un centro administrativo de servicios del puesto fronterizo en el que se va a
convertir.
Esta estación, por tanto, va a cumplir, entre otras
funciones, dos que le van a dar un carácter especial, ser la aduana entre
Portugal y España, y ser el punto final/inicio de la línea MCP.
Por estos motivos se la irá dotando de una serie de
infraestructura acordes a sus funcionalidades. También es de destacar la
evolución que va a tener a lo largo de su historia, en la que se la someterá a
una profunda renovación en su aspecto.
La estación de Valencia de Alcántara se va a convertir en todo
un complejo ferroviario que funcionaría como tal hasta la década de 1990,
cuando la política aduanera de la Unión Europea haga desaparecer las fronteras
internas de los países miembros. Con el desmantelamiento de la aduana de esta
estación se acabaría con más de 100 años de actividad fiscal en este enclave,
que hizo desarrollarse un interesante poblado ferroviario constituido por dos
colectivos, el ferroviario y el de las fuerzas de orden público, a los que se
sumaría diversos particulares que instalarían aquí sus actividades económicas
al amparo de la vida de la estación de ferrocarril.
Grupo de ferroviarios posan con la locomotora 240-2204, en la estación de Valencia de Alcántara. Fuente: Miguel Ángel Ignacio |
Desde su puesta en servicio, se detectó que las necesidades de espacio para albergar a trabajadores, fuerzas de policía y sus familias, así como de las necesidades de logística de las diversas actividades. A partir de 1881 se proyectaría la construcción de un edificio para las oficinas de Aduana y para el cuartel de carabineros, que se emplazaría sobre el talud contiguo al edificio de viajeros; grandes edificios, que hoy, pese a su abandono siguen erigiéndose en el mismo lugar.
La estación se encuentra a unos 3 kilómetros del centro
urbano de Valencia de Alcántara, lo que obligaría a la compañía MCP, a dar
solución a la escolarización de los hijos de ferroviarios y demás habitantes de
la estación. En 1909 se adquiere el espacio para la construcción de una escuela
y la consiguiente vivienda de los maestros.
El aumento del tráfico ferroviario obligó también a la compañía
a tener que construir nuevas estructuras de la reserva de locomotoras, que se
llevó a cabo entre 1914 y 1918. Se realizó entonces el cocherón de locomotoras
con capacidad para seis unidades. Desgraciadamente en 2003, fue demolido,
desapareciendo así, una nuestras joyas ferroviarias. Esta instalación se vio
completada con la edificación de una nueva cochera de carruajes y de la
instalación de un carretón transbordador. También se edificaría el dormitorio para
el personal de tracción, construcción muy destacada, ya que se aparte de estilo
constructivo de la Compañía MCPO. Por suerte aún sigue en pie, pero en un
estado preocupante de abandono.
Pero esta ampliación no fue la última, en 1948 se inicia la
construcción del nuevo edificio de viajeros, el que actualmente conocemos,
erigiéndose un gran edificio dónde se instalarían gran parte de las dependencias
de gestión ferroviaria y aduanera. Puesto en servicio a principios de la década
de 1950.
A lo largo de su historia esta estación y poblado
ferroviario llegó a contar con muchas infraestructuras: edificio de viajeros,
aduana, lazareto, cuartel de carabineros/guardia civil, escuela, capilla,
reserva de locomotoras, cocherón, cochera de carruajes, transbordador, cuarto
de agentes, viviendas, casillas de trabajadores, 3 muelles cubiertos, 3 muelles
descubiertos, embarcadero de ganado, viviendas privadas… Y una gran playa de
vías que llego a contar con más de 7 y diversas vías muertas de diverso uso.
La población de este enclave ferroviario fue en continuo
ascenso, llegando a su máximo en 1980 con 900 habitantes. Hoy en día, tras la
supresión de la aduana y de la mayoría de los puestos ferroviarios, y el éxodo
de toda esta población, a lo que se unió el cierre del Ramal de Cáceres en el
lado portugués, perdiéndose definitivamente la conexión internacional, la han
convertido en una estación casi fantasma, en la que sólo se mantenía un
servicio diario de unión con Cáceres, servido por un automotor, hasta que llego
la pandemia (marzo de 2020) en el que fue suprimido el último servicio
ferroviario que quedaba.
En sus vías, desde la nostalgia aún resuenan el sonido de los
trenes, algunos llenos de historia, como El Lusitania o el Lisboa Expreso TER, los
correos, las mercancías… Hoy todo sumido en el silencio del abandono.
Posando para la posteridad en la estación de ferrocarril de Valencia de Alcántara, en el año 1926. |
Talgo II en Valencia de Alcántara. Año 1950. Foto: Felipe Real |
Nuevo edificio de viajeros, década de 1950, Fuente FFE. |
Vista de la estación de Valencia de Alcántara a finales de los años 80 del siglo XX, todavía en estos años guardaba una interesante actividad ferroviaria. Foto Encarnación Lizana Rivas |
Talgo Madrid-Lisboa estacionado en Valencia de Alcántara en fecha 07-7-1995. Foto Vicente Miralles Payá |
Croquis de la estación en el año 1959 |
Un artículo sumamente interesante, como siempre.
ResponderEliminarGracias
EliminarBuenos días, la foto en Valencia de Alcántara del Talgo Luis de Camoens en 1995, es mía y no de Joaquín.
ResponderEliminarLa saqué en verano de 1990.
Gracias!
Gracias por la aclaración. Corrijo.
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